22/07/2014 :   Cerca de un centenar de personas asisten a la conferencia de Fernando Prado sobre la batalla en la que Luis Vicente de Velasco perdió la vida heroicamente

Fernando Prado (segundo por la izquierda) acompañado por el alcalde de Noja y los tres hermanos Velasco (el segundo por la derecha es el actual marqués)

Casi un centenar de personas llenaron el pasado viernes, 18 de julio, el Aula Magna de la Capilla del Palacio Marqués de Albaicín para escuchar al prestigioso historiador y escritor, Fernando Prado. De actualidad por ser el director del Proyecto Cervantes, Prado ofreció a los asistentes una conferencia que bajo el título “La toma de La Habana en 1762. La última batalla contra la Armada inglesa librada por el Marqués de Velasco”, acercó a los presentes la contienda bélica en la que el bravo capitán Luis Vicente de Velasco, el nojeño más ilustre, perdió heroicamente la vida mientras defendía el castillo de El Morro, bajo dominio español.

Durante casi dos horas, Fernando Prado introdujo a los asistentes en el contexto histórico en el que vivió y murió el capitán Luis Vicente de Velasco, nacido en la Villa hace 303 años. Prado, experto en los siglos XVII y XVIII, hizo un recorrido, día a día, por la batalla de “El Morro de la Habana”, acontecida en julio de 1762, en la que la denominada armada “ilustrada” del Rey Carlos III no logró defender su colonia frente a los británicos.

Prado explicó las vicisitudes que rodeaban a la Cuba española, cuando el ejército inglés, en marzo de 1762, ordenó el envío de una gran escuadra hacia La Habana para apoderarse de ella. Desde su llegada frente al puerto cubano, a principios de junio, pasando por el asedio de los ingleses, las malas decisiones tomadas por la Junta de Defensa española y la desesperada situación vivida por las tropas del Rey Carlos III, Prado fue desgranando poco a poco los diferentes acontecimientos, con una excelente narración que consiguió cautivar a los asistentes.

El momento álgido llego con la descripción de Luis Vicente de Velasco, que al frente del mando de la defensa del Morro, no cesó en su insistencia por aliviar la presión británica, e incluso herido por restos de metralla, animaba a sus soldados y combatía junto a ellos. Según explicó Prado, el capitán Velasco “era un hombre con un gran sentido del deber y pundonor, por lo que se ve incapaz de rendir el castillo” y es el 30 de julio cuando los ingleses, que habían construido minas bajo el edificio, las hacen explotar dejando las aperturas necesarias para el asalto. Entonces se produce “una gran lucha cuerpo a cuerpo” y Velasco, que reúne en torno a sí la fuerza de cien hombres, pelea hasta que una bala atraviesa su pecho.

Durante la conferencia también hubo un hueco para narrar la visión que del capitán tenían sus enemigo, los ingleses, que impresionados por el valor demostrado por los españolas en la defensa del castillo y en especial de su comandante, permitieron que Velasco fuera trasladado a La Habana para ser tratado por médicos españoles. A pesar de ello, el bravo nojeño falleció a consecuencia de las graves heridas sufridas en la batalla.

A la conferencia asistió la familia de los Velasco, que sigue veraneando en Noja en su palacete, el más antiguo de la Villa. Al frente de la misma, don Antonio Gómez de Olea, actual Marqués de Velasco y heredero del marquesado que en honor del capitán concedió a su familia el Rey Carlos III. En este contexto, el conferenciante recordó que todos los mandos de la Junta de Defensa de la Habana fueron degradados y desterrados por el Rey, debido a su escasa iniciativa en el asedio inglés, salvo el capitán nojeño y su lugarteniente, enaltecidos con sendos marquesados.

Esta conferencia forma parte del programa que el Ayuntamiento de Noja ha preparado para homenajear este verano al Marqués de Velasco. Así, el Consistorio ha tratado de contextualizar históricamente la época en la que vivió el militar, protagonista del “Cañonazo del Marqués”, un acto que tiene lugar todos los jueves de los meses de julio y agosto y el primero de septiembre a las 21:00 horas sobre Trengandín.